¿QUÉ ERA Y PARA QUÉ SERVÍA?
El culto público estaba relacionado entre los romanos con la veneración a los grandes dioses del panteón, de carácter nacional. Los grandes dioses, de tradición romana o asimilados, eran adorados bien por la ciudad, bien por el Estado, estando su culto muy relacionado con la política. Los dioses intervenían en la vida romana de manera permanente, en especial los dioses capitalinos (Júpiter, Juno y Minerva). Otro dato acerca de la relación entre política y religión en Roma es la ubicación de las principales instituciones políticas: el edificio del Senado se levantó en la colina del Capitolio, donde ya estaban los templos de los dioses. En época imperial se acentuó la tendencia, al pasar la religión a ser un símbolo de la unidad del Estado.
Los dioses públicos se honraban en ceremonias públicas, algunas de carácter periódico, otras extraordinario. Así, en ciertas fechas del calendario se celebraban fiestas y juegos, y cada dios estaba relacionado con uno o varios días del calendario.
Las ceremonias extraordinarias se realizaban cuando ocurría alguna gran catástrofe o hecho extraño, de difícil explicación para los sacerdotes. También podían realizarse grandes banquetes en honor de los dioses extranjeros, representados por medio de imágenes o símbolos sentados a la mesa, a los que se ofrece comida y bebida. Estas ceremonias eran llamadas lectisternios.
Otro tipo diferente de culto público fueron los cultos mistéricos, de procedencia oriental. Se trataba de cultos secretos, en los que tomaban parte sólo iniciados, quienes debían guardar secreto. Cultos mistéricos importantes fueron los de Cibeles , Isis, Dioniso y Mitra. El culto a Dioniso, dios griego protector de la vegetación, la fuerza vital y la poesía, se celebraba en grandes reuniones orgiásticas, por lo que el Senado estableció que sólo podían realizarse si era bajo supervisión de un pretor.
Los dioses públicos se honraban en ceremonias públicas, algunas de carácter periódico, otras extraordinario. Así, en ciertas fechas del calendario se celebraban fiestas y juegos, y cada dios estaba relacionado con uno o varios días del calendario.
Las ceremonias extraordinarias se realizaban cuando ocurría alguna gran catástrofe o hecho extraño, de difícil explicación para los sacerdotes. También podían realizarse grandes banquetes en honor de los dioses extranjeros, representados por medio de imágenes o símbolos sentados a la mesa, a los que se ofrece comida y bebida. Estas ceremonias eran llamadas lectisternios.
Otro tipo diferente de culto público fueron los cultos mistéricos, de procedencia oriental. Se trataba de cultos secretos, en los que tomaban parte sólo iniciados, quienes debían guardar secreto. Cultos mistéricos importantes fueron los de Cibeles , Isis, Dioniso y Mitra. El culto a Dioniso, dios griego protector de la vegetación, la fuerza vital y la poesía, se celebraba en grandes reuniones orgiásticas, por lo que el Senado estableció que sólo podían realizarse si era bajo supervisión de un pretor.
Los dioses de Roma eran de origen latino y etrusco, a los cuales se sumaron con el tiempo divinidades griegas, egipcias y frigias, adaptando los nombres y, en algunos casos, también los atributos. Los principales eran Júpiter, Juno y Minerva, y esta fue la Tríada Capitolina por mucho tiempo. Los cónsules tenían atribuciones no sólo civiles, sino también religiosas, de modo que la religión pública era una cuestión de Estado, tolerando, por otro lado, todo tipo de cultos privados, siempre y cuando no fueran en contra de los preceptos religiosos estatales. Ante todo, el culto público era un medio de comunión política que no sólo incluía a los ciudadanos romanos, sino que tendía un lazo de unión sobre la totalidad de pueblos que integraban el Imperio.
Los cultos públicos eran oficiados por los sacerdotes, verdaderos funcionarios del culto a quienes no se les atribuía ningún poder divino. Al frente de todos estaba el Pontifex Maximus, encargado de elaborar el calendario y registrar los hechos memorables. Desde Octavio Augusto todos los emperadores llevaron también ese título.
A los dioses se les dedicaron santuarios y templos , y en algunos de ellos se encontraba la estatua del dios correspondiente.
Numerosas congregaciones y hermandades tomaban parte en las fiestas romanas. Para adorar a Quirino también estaba un grupo de jóvenes danzantes.
Los augures adivinaban el futuro en las entrañas de animales, el vuelo de las aves y otros signos considerados como signos enviados por los dioses, inspirados en las artes etruscas.
Otra institución vinculada a la religión era la de los feciales o Mensajeros del Estado, que perpetuaban por tradición oral los tratados concertados con otras ciudades, emitían dictámenes sobre violaciones y sobre derechos relativos a los tratados.
FESTIVIDADES ROMANAS
Festividades del ámbito productivo y reproductivo:
Desde época ancestral, se celebraban en Roma toda una serie de rituales, en principio con el objetivo de propiciar la fertilidad de la tierra y la continuación de la sociedad. Entre estas celebraciones destinadas a favorecer las cosechas y proteger los rebaños revestían una vital importancia las celebradas en el Palatino. Las dos principales celebraciones eran los Parilia y los Lupercalia. También tenían lugar otras festividades como los Fordicilia y la fiesta de Dea Dia.
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Festividades relacionadas con el ciclo de la guerra:
Este ciclo se iniciaba con el advenimiento del buen tiempo, en el mes de marzo, y terminaba en el mes de octubre, con la llegada del frío. Entonces se celebraban una serie de ceremonias que tenían por objetivo la purificación de las armas y los participantes en las campañas militares de verano. Se practicaban sacrificios para salvaguardar y proteger la potencia bélica de la ciudad. Las fiestas bélicas más importantes eran el October Equus, y el armilistrum. Era una carrera de bigas -carros tirados por dos caballos- que tenía lugar en el Campo de Marte. Uno de los caballos que tomaba parte en dicha carrera, adornado con una collera, era sacrificado a Marte. Las vestales recogían la sangre del caballo para elaborar el suffimen, un fumigante que se usaba ritualmente durante los Parilia.. Mediante la celebración de un sacrificio, se pretendía purificar las armas de la sangre de los enemigos, para que no contaminaran la ciudad.
Festividades del ámbito político y jurídico:
Para honrar a los dioses, se celebraban fiestas y juegos. La festividad más importante de este tipo era la Saturnalia, en el mes de diciembre , dedicadas al dios Saturno. En las Saturnalia se hacían sacrificios en honor de Saturno y se celebraban fiestas populares. Los esclavos gozaban de gran libertad y estaban exentos esos días de sus obligaciones hacia sus amos. Éstos, por tanto, debían realizar muchas tareas propias de los esclavos, por lo que se decía que en estas fiestas se invertían los papeles de las clases sociales. Además se celebraban los juegos (ludi en latín) en donde se mezclaban competiciones (teatrales, deportivas, carreras de carros, lucha de gladiadores...) con ceremonias a los dioses. Los carnavales actuales, en la cultura occidental, provienen de la herencia de las antiguas Bacanales, Saturnales y Lupercales.
EL CULTO IMPERIAL ROMANO
AFRODITA
HATHOR
OSIRIS
HEFESTO
En la época imperial, se generalizó el culto a los emperadores por el carácter providencial y sagrado que se les atribuyó. Dicho culto empezó ya a la muerte de Julio César, y se desarrolló, sobre todo, a partir del principado de Augusto. Este fue, precisamente, el efecto más original de la política religiosa de Augusto, que siguió la tendencia de los últimos tiempos de la República, mezclando íntimamente tradiciones nacionales y culto helenístico. Se elevaron templos en las provincias en honor del emperador, junto con templos a la misma Roma. A su muerte fue divinizado, y la ceremonia de la apoteosis imperial fue tomando forma. El culto imperial fue un legado que Augusto dejó a sus sucesores, que en general lo tomaron con prudencia. En determinados momentos del Imperio simbolizó el patriotismo de los ciudadanos.
AFRODITA
HATHOR
OSIRIS
HEFESTO
Entrada completa, aunque con una presentación mejorable.
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