OFRENDAS:
La ofrenda desinteresada/ espontanea puede
encontrarse, por ejemplo, en el campo: pasando cerca de un templo, un campesino deposita espontáneamente flores. Es posible ofrecer
vestidos a las estatuas de los dioses. Así, durante las grandes panateneas, se
pasea en procesión la estatua de Atenea, vestida con un peplos tejido durante el año, en las fiestas de las Panateneas.
Por otra parte, se practica la ofrenda de objetos precioso
o motivada, que eran escondidos como un tesoro. El sacerdote saliente, debía efectivamente
demostrar que no se llevaba nada y que mantenía sus cuentas. A veces las ciudades rivalizaban entre ellas
para ofrecer el tesoro más lujoso. La costumbre concierne principalmente a las
curaciones atribuidas a Asclepio; se le ofrece generalmente una ofrenda
representando el miembro curado. Los atletas, por otra parte, agradecían a los
dioses su destino con una estatua de ellos mismos, en caso de victoria, obviamente en los
juegos.
SACRIFICIOS:
En la Odisea encontramos descrito
de manera especial el reparto de las carnes asadas en torno al altar en el que
se acaba de ofrecer su parte a los dioses.
La forma más solemne de la thysia es la de los sacrificios públicos ofrecidos
por la ciudad con ocasión de las fiestas religiosas que concluyen con un
banquete cívico.
Las Panateneas en Atenas y las Jacintias en Esparta daban lugar a la matanza de un gran número de bueyes, con los que se alimentaba al conjunto de los ciudadanos que participaban en la fiesta.
Esta participación en el sacrificio, además de una ocasión para comer carne, es la manera de volver a actualizar el pacto que une a la ciudad con sus dioses y que garantiza el orden y la prosperidad.
Las Panateneas en Atenas y las Jacintias en Esparta daban lugar a la matanza de un gran número de bueyes, con los que se alimentaba al conjunto de los ciudadanos que participaban en la fiesta.
Esta participación en el sacrificio, además de una ocasión para comer carne, es la manera de volver a actualizar el pacto que une a la ciudad con sus dioses y que garantiza el orden y la prosperidad.
PARA QUE SE
REALIZABAN:
Creyeron que
podían aplacar a las divinidades y evitar sus castigos con oraciones y
ofrendas, con votos y sacrificios. Si el olor de la víctima quemada era un
perfume grato a
la divinidad, el valor de lo inmolado ya aludía al arrepentimiento y al
sacrificio del pecador.
Para solicitar algún don o bien para conjurar los
peligros, enfermedades y tormentas.
A QUIEN SE REALIZABAN:
EL culto privado se realizaba Zeus y Hesta, y el culto público se realizaba a los dioses de cada ciudad.
Normalmente, se realizaban en el templo de Apolo, Artemisa o Asclepio, pero también se podían hace en todos los templos.
Bastet, Apolo, Marduk y Esculapio.
Está bastante bien, sobre todo porque habéis contestado con corrección a lo que se pedía y con vuestro estilo. No obstante, hubiera estado bien algo más de información.
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